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08 mayo 2007

Esta España mía... esta españa nuestra..

AVISO A LOS LECTORES QUE ESTA ENTRADA NADA TIENE QUE VER CON EL MARKETING, LA ECONOMÍA, LOS NEGOCIOS... Y MUCHO MENOS CON EL BUSINESS INTELLIGENCE.

Dicho esto, os diré que es una entrada rescatada del blog de mi hermano y que con su permiso colgaré aquí íntegramente, porque no tiene desperdicio.

En el fondo podría tener que ver con la economía doméstica si lo vemos desde el punto de vista de aquello que estudiamos en la carrera y que eran considerados "bienes de primera necesidad" pero no digo nada... adjunto la noticia y que cada uno opine... pero no me digais que esto no es propio de Alfredo Landa...


Interceptado en una autovía gallega un minusválido que iba en camilla motorizada a un club de alterne

La policía local de la población de Narón (A Coruña) interceptó el pasado viernes a un hombre que circulaba por una autovía con una camilla motorizada y a una velocidad considerable. El sujeto, que sufre una minusvalía, tenía la intención de desplazarse con este inusual medio de transporte hasta un club de alterne, según informa la edición electrónica del diario El Ideal Gallego

Los sorprendidos conductores que transitaban por la vía que une las localidades de Ferrol y As Pontes el pasado viernes no daban crédito a la esperpéntica imagen. Antonio Navarro, un hombre de 42 años, manejaba la camilla con la boca al tener incapacitado el 95% de su cuerpo.

Tras recibir varias llamadas de alerta, los agentes lograron interceptar a Navarro, que transitaba a una velocidad considerable, dadas las características del singular medio de locomoción en el que se desplazaba. El sujeto fue localizado a la altura del municipio de Doso, en torno a las nueve de la noche, cuando ya había recorrido alrededor de 10 kilómetros por la autovía.

Según Navarro, había salido con la idea de ir a tomar unas copas al club de alterne Jade, cuando se despistó en una rotonda y acabó con la camilla en la citada autovía. Al percatarse de la equivocación, ya no tenía la posibilidad de dar la vuelta, por el peligro que supondría para su propia seguridad y la de los automovilistas, por lo que decidió seguir hacia adelante, según su propia versión.

Según detalla el rotativo, el sujeto incluso aceleró el motor de la camilla cuando el coche policial se puso a su altura, pero poco después recapacitó, se detuvo y relató a los agentes lo que le había ocurrido, "dejando claro que no había bebido nada".

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