El viernes por la tarde mientras babeaba en una especie de inconsciencia profunda parecida a una siesta, traté de escuchar un programa en la Cadena Ser en el que Juan José Milás como invitado y respresentante del gremio de los escritores y una mujer relacionada con la tecnología hablaban del futuro de los libros. Concretamente se puso sobre la mesa el tema de los libros electrónicos.
Más allá de pros y contras (que intentaré abordar en un rato, si consigo que mis dedos hagan lo que tengo estructurado en mi cabeza) lo que parece evidente es que el futuro apunta hacia la lectura digital y la sustitución de los libros en papel.
Sobre el papel suena algo atrevido porque leer tiene magia... y los libros mucha historia. Personalmente siempre me ha gustado comprar los libros que leo. Me gusta ver mi estantería repleta de libros a los que con solo con echarles un vistazo recuerdo al menos si me gustaron o no.
De todos modos también hace años disfrutaba comprando CD. Y ahora no lo hago apenas. Primero porque desde siempre hemos estado acostumbrados a distintos formatos para la música (si nos ponemos nostálgicos, cuanto menos vinilo y cintas), pero luego los mini-disc que tan poco éxito tuvieron, ... y finalmente la proliferación de los formatos electrónicos y el intercambio de archivos entre distintos usuarios gracias a la difusión de las redes p2p.
En un plano teórico, suena lógico pensar que vamos hacia el sitio. Digitalizar los libros tiene muchísimas ventajas. Puedes llevar tu libro electrónico "cargado" con un montón de novelas, bestseller... y encima con su conexión a internet permite comprar de forma inmediata éste o aquel título de tu escritor favorito. Permite cambiar el idioma del libro que estás leyendo, usar un diccionario que reconoce tus errores y te va ayudando a corregirlos, y un montón de aplicaciones que (sinceramente) desconozco.
No es romántico leer en una pantalla LCD, pero seamos sinceros... tampoco lo es escuchar música en el móvil (al menos comparándolo a la magia de un vinilo), y lo hacemos todos los días.
Lo que no tengo claro es si el gremio de los escritores (habitualmente rancio, progresita y bohemio) estará de acuerdo con dar el paso hacia el futuro.
Seguramente acudamos a un espectáculo parecido al que está a punto de ocurrir en el mundo de la música legal. Alguien publica sus libros gratis en edición digital, (en música ya lo vimos con Radiohead) y de pronto los demás se intentan subir al tren en marcha para no quedarse en una estación sin retorno.
¿Tu que harías? ¿Entras ya y te pones a leer en formato digital o aguantas estoicamente?.
Yo me lo estoy pensando... aunque no soy un "early adopter" en temas tecnológicos, sino como os conté un día más bien tecnológico de segunda.
Os dejo un artículo de El mundo que cuenta cosas interesantes sobre los libros electrónicos.
Más allá de pros y contras (que intentaré abordar en un rato, si consigo que mis dedos hagan lo que tengo estructurado en mi cabeza) lo que parece evidente es que el futuro apunta hacia la lectura digital y la sustitución de los libros en papel.
Sobre el papel suena algo atrevido porque leer tiene magia... y los libros mucha historia. Personalmente siempre me ha gustado comprar los libros que leo. Me gusta ver mi estantería repleta de libros a los que con solo con echarles un vistazo recuerdo al menos si me gustaron o no.
De todos modos también hace años disfrutaba comprando CD. Y ahora no lo hago apenas. Primero porque desde siempre hemos estado acostumbrados a distintos formatos para la música (si nos ponemos nostálgicos, cuanto menos vinilo y cintas), pero luego los mini-disc que tan poco éxito tuvieron, ... y finalmente la proliferación de los formatos electrónicos y el intercambio de archivos entre distintos usuarios gracias a la difusión de las redes p2p.
En un plano teórico, suena lógico pensar que vamos hacia el sitio. Digitalizar los libros tiene muchísimas ventajas. Puedes llevar tu libro electrónico "cargado" con un montón de novelas, bestseller... y encima con su conexión a internet permite comprar de forma inmediata éste o aquel título de tu escritor favorito. Permite cambiar el idioma del libro que estás leyendo, usar un diccionario que reconoce tus errores y te va ayudando a corregirlos, y un montón de aplicaciones que (sinceramente) desconozco.
No es romántico leer en una pantalla LCD, pero seamos sinceros... tampoco lo es escuchar música en el móvil (al menos comparándolo a la magia de un vinilo), y lo hacemos todos los días.
Lo que no tengo claro es si el gremio de los escritores (habitualmente rancio, progresita y bohemio) estará de acuerdo con dar el paso hacia el futuro.
Seguramente acudamos a un espectáculo parecido al que está a punto de ocurrir en el mundo de la música legal. Alguien publica sus libros gratis en edición digital, (en música ya lo vimos con Radiohead) y de pronto los demás se intentan subir al tren en marcha para no quedarse en una estación sin retorno.
¿Tu que harías? ¿Entras ya y te pones a leer en formato digital o aguantas estoicamente?.
Yo me lo estoy pensando... aunque no soy un "early adopter" en temas tecnológicos, sino como os conté un día más bien tecnológico de segunda.
Os dejo un artículo de El mundo que cuenta cosas interesantes sobre los libros electrónicos.
2 comentarios:
Uuuuffff, no me gusta nada esto del libro electrónico. Sí, ya sé que es muy moderno y cómodo, pero me da miedo.
Internet está vivo y no hay quien lo pare. Y Luego llegan los problemas con los autores:
- ¿Quién les paga?
- ¿ el cannon digita ? NOOOOOOOOO
Y yo les entiendo, porque es una putada para toda la industria, pero.......
Porfidio, estoy contigo en que la tecnología es imparable, y también creo que no será fácil que el libro electrónico se implante de forma popular... pero creo que es dónde acabaremos
Eso si, los problemas con la SGAE... cuenta con ellos!!!!
Salu2 y gracias por participar
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