Tengo suerte de vivir a las afueras de Madrid y de estar realmente cerca de las rondas de circunvalación M-30 y M-40, con lo que no estoy sufriendo los problemas de tráfico insoportables que sufre la gente que vive en el centro derivado de la agresiva huelga que han organizado los trabajadores del Metro de Madrid.
Se supone que toda huelga tiene asociado un compromiso por parte de la empresa de turno para mantener unos servicios mínimos que garanticen la fluidez del negocio de turno. Es un derecho para los trabajadores que no estén de acuerdo con los motivos de la huelga, e igualmente debería ser una obligación para no generar un caos a consumidores / ciudadanos como el que se ha dado hoy en la ciudad de Madrid.
Lo del día de hoy parece ser que ha sido tremendo. Muchas vías de entrada a la ciudad colapsadas, colas enormes en las entradas del metro con gente confundida que no sabía que ocurría, ni qué solución tomar, ya que los autobuses estaban a tope (con el calor que ha hecho hoy) y lo peor, ningún metro funcionando en la ciudad.
Pero, ¿qué ha pasado? Pues ha pasado que estamos en crisis, y que cuando hay una medida que hace que se reduzca el sueldo (entorno a un 5%) a un colectivo que tiene fuerza social, lo aprovechan (si, seguro que todos estamos pensando en lo que hacen los pilotos de aviones en verano, o los de Renfe en Semana Santa).
De todos modos sigue sorprendiéndome el papel de los sindicatos en empresas públicas. Son como la mafia. Ellos dicen como. Ellos dicen cuando. Y todo da igual. Coaccionan a los trabajadores que desean trabajar y que -dicho sea de paso- podrían ser despedidos de forma reglamentaria, por incumplir con su obligación.
Y mientras tanto, se estima que dos millones de usuarios del metro están afectados por esta actitud intransigente. Pero así es la mafia... no te metas con ellos ni vayas contra corriente o te arriesgas a "tener un accidente"
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