Hoy he rescatado de mi Twitter un artículo de El país digital de hoy domingo en el que entrevistaban al consejero delegado de Ryanair, y después de haberlo leído, me ha hecho pensar en lo diferencial de su fórmula:
La base del asunto son los vuelos baratos. Y en eso están centrados. Eliminan todo lo demás (incluido el servicio) y a la vez, cualquier cosa que se salga de lo que ellos consideran "autobús con alas", lo tarifican por separado a precios bastante altos (por no decir abusivos). Por no llevar la tarjeta de embarque impresa, te cobran 40 Euros. Si eres minusválido y precisas una silla de rueda para entrar en el avión, también van a cobrarte, y no digamos si el peso o dimensiones de la maleta sobrepasan el máximo estipulado de 10kg o tu maleta no cabe en los famosos "medidores". Te llevan la maleta en la bodega previo pago oportuno de otros 30 o 40 Euros.
Por supuesto, no cuentes con ningún tipo de refresco o aperitivo salvo que estés dispuesto a pagarlo. Y es que más vale que lleves dinero suelto cuando embarques en un vuelo de Ryanair, porque hasta los aviones por dentro son distintos. Con colores amarillos y azules parece que intentan que los pasajeros no se duerman y de esa forma sucumban ante el aluvión constante de ofertas, promociones, sorteos y productos que son parte del día a día. Esa se una de las fórmulas innovadoras que utilizan los sobrecargos de Ryanair. No solo utilizan el micrófono para dar las pertinentes instrucciones de seguridad o para anunciar cualquier asunto relacionado con el vuelo. Emplean el micrófono a modo de tómbola, ofreciendo rasca y gana, así como muchos otros productos durante toda la duración del vuelo.
Constantemente tratan de darle una vuelta de rosca más al asunto. Hace poco saltó la noticia de que iban a cobrar por utilizar el baño del avión, pero después rectificaron y dijeron que la realidad era que lo que iban a hacer era renunciar a uno de los baños, para en su lugar poner asientos y de ese modo, optimizar más cada aparato que esté en el aire. Porque esa es otra. No sé si habéis tenido la oportunidad de volar en un avión de la compañía irlandesa, pero el espacio entre asientos no puede ser más reducido. También generan ingresos vendiendo calendarios subidos de tono con sus azafatas, planteó la opción de prescindir de uno de sus pilotos en cabina para ahorrar coste, e incluso con la opción de permitir viajar de pie.
Es curiosa una estadística que dice que en todos los países en los que opera Ryanair es considerada la peor línea aérea. En España un 32% así lo manifiestan, mientras que entre los británicos, el porcentaje sube al 64%. Pero eso parece importar poco a los pasajeros que, atraídos por sus precios bajos no son capaces de obviar sus ofertas y no es extraño ver como un viaje se organiza simplemente porque Ryanair cubre dicha ruta. Y es que a veces resulta más barato irte a determinados destinos internacionales ofrecidos por la aerolínea irlandesa que pagar un taxi dentro de Madrid.
Con una estrategia de aeropuertos de segundo nivel (salvo contadas -y rentables- excepciones) constantemente le buscan las cosquillas a los reguladores locales. Con el ministerio de fomento español tienen varias multas pendientes, y litigios abiertos... pero es que el poder con el que cuenta es tan grande, que finalmente las entidades aero-portuarias terminan cediendo a sus pretensiones. No en vano conviene no olvidar que es la aerolínea que más turistas trae a España, y para un país tan volcado en el turismo como nosotros, difícilmente se puede prescindir de los 33 millones de turistas al año.
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