Las personas somos previsibles. Queramos o no se nos ve venir a leguas, y en determinadas ocasiones la cosa todavía es más flagrante.
Vamos a poner un ejemplo mitad ficticio, mitad real para explicar por encima lo que hace mucha gente con el tema de las redes sociales (especialmente las profesionales, y particularmente Linkedin).
Digamos que no todo el mundo tiene la misma tendencia a la socialización de su vida en formato 2.0 y esto es perfectamente respetable. Hay gente que está en las redes sociales sin estar convencida de ello. Tienen una cuenta Facebook porque la tiene todo el mundo. Quizás hayan abierto una cuenta en Twitter para probar de qué va el asunto, y seguro que algunos (los menos) se hayan decidido abrir una cuenta en Linkedin sencillamente porque alguien les ha dicho que es la red profesional por excelencia.
Pero ahí termina todo. Ni actualizan apenas su Facebook, ni han twitteado una sola vez en su vida (eso de followers es ciencia ficción) y por supuesto, el perfil que tienen subido a Linkedin es el mismo que subieron el día en el que alguien les convenció de que debían estar en dicha red social de marcado carácter profesional.
Pero digamos que una empresa decide reestructurarse y que determinadas personas tienen información avanzada o sencillamente sospechas de que las cosas se ponen feas. Entonces, recuerdan al amigo pesado que en su momento les comentó lo de darse de alta en Linkedin y vuelven a actualizar su perfil profesional, a pedir recomendaciones, a actualizar experiencia, logros, etc.
Sí, vuelven a estar "activos", y de paso todos los contactos de Linkedin saben que se han actualizado... casualmente, todos a la vez.
MORALEJA: Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar (pero si es posible no lo hagas en lo alto del balcón, a la vista de todo el pueblo)
2 comentarios:
Buen post y muy útil, hay que ir poco a poco y no a tirones :)
Me tendré que poner cualquier dia de estos a crear un usuario en Linkedin, que ya me toca... y prometo actualizarlo periodicamente jeje un saludo!
jajajaja... es lo que toca
(es justo y necesario, que diría aquel)
salu2
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