En la vida no hay blancos o negros. Por suerte hay una gama de posibilidades entre ambos extremos.
Lo mismo ocurre en el trabajo. No se puede ser una hormiga que tan solo trabaja metida en su rincón, sin sacar la cabeza de su trabajo ni relacionarse con nadie. Pero tampoco se puede ser alguien que lo único que hace durante su jornada laborar es cultivar esas relaciones aquí y allá.
Cuando las cosas vienen torcidas y hay situaciones de despidos anunciados, ocurre que todo se vuelve más evidente. Igual que comenté hace poco que de pronto florecen los perfiles en redes profesionales como Linkedin o encontramos muchísima actividad entre aquellos que tenían perfil pero simplemente por cumplir expediente, también ocurre que se marcan más las actitudes en las que la gente quiere hacerse notar.
Sería estúpido decir que ante una situación en la que la mitad de los empleados van a ir a la calle, todos quieren estar bien posicionados en la foto. Nadie quiere salir movido (salvo los que estén o estuvieran hartos de antemano a los que poco les importa la foto en cuestión) y es curioso como las posturas se van radicalizando. Los extremos se vuelven más visitados por aquellos que -ansiosos de salir en primera fila- quieren hacerse notar a toda costa.
Entonces es cuando es importante salir un poco de la situación de histeria y mirar desde un poco más arriba. En ese momento vemos que los colores mezclados se acercan a los extremos. Evidentemente no debería haber demasiados workers puros, como tampoco networkers puros. No hay gente que vaya al trabajo y jamás salga de su agujero, como tampoco hay gente que se pase su vida relacionándose sin pegar palo al agua, pero cuando la cosa se pone fea, las tendencias de cada uno se hacen más evidentes.
¿Qué hacer? Desde luego cada uno puede hacer lo que quiera, o con lo que se sienta más cómodo. Personalmente creo que la base de todo debería estar en el trabajo bien hecho, pero que las relaciones dentro y fuera de la empresa son importantes. Ahora bien, creo que por pura dignidad profesional, en los momentos en los que hay despidos a la vista, es cuando más hay que hacer valer el trabajo de cada uno, y casualmente es lo que menos suele ocurrir. La gente sale a la calle como quién asalta un centro comercial el primer día de las rebajas de enero. Ves pavos reales mostrando sus plumas aquí y allá., Plumas vistosas y de colores llamativos. Pero a fin de cuentas, no sirven para nada, porque no puede volar.
Suerte cuando tengan que saltar a un precipicio de verdad!!
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