Ayer acudí gracias a las gestiones de una amiga al concierto de Ariel Rot y Leiva en la sala But, con motivo del 20 aniversario de Sir Arthur Guiness (una excusa como otra cualquiera).
El caso es que el concierto fue espectacular. Una sala pequeña, y los músicos a escasos 5 metros de donde estábamos situados. Muy buena acústica y dos conciertos en uno, completamente diferentes en casi todo, excepto en la calidad de los protagonistas.
Empezó el concierto puntual. A las 20.45 (demasiado pronto, en mi opinión) saltó al escenario Ariel Rot (ex Tequila, ex Los Rodriguez) y sus músicos. Vestido como lo que es, o como en lo que se ha convertido... un pureta de 52 años que toca la guitarra como los ángeles.
Ariel es un auténtico virtuoso con una guitarra entre las manos. Y se encarga de que en sus conciertos, su guitarra destaque por encima del resto de los instrumentos. Con esa voz característica y una maestría al alcance de muy pocos guitarristas, estuvo en el escenario una hora y poco, en las que dio -una vez más, porque creo que es la quinta o sexta vez que le disfruto en directo- una exhibición de blues y rock&roll.
Tocó lo que la gente esperaba. Varias de sus canciones en solitario y algunos clásicos de Tequila y Los Rodríguez, como Mr. Jones, Mi enfermedad o Dulce condena... y una vez más se marco ese sólo de guitarra tan increíble como es Confesiones de un comedor de pizza, que grabé con el móvil y comparto aquí mismo.
Después de un cambio de instrumentos y de "aparatos" que llevo unos 20 minutos, apareció en el escenario Leiva (ex-Pereza), con una ambientación completamente diferente... mucho más rock&rollera, y con esa pinta cuidada de estrella del rock, Leiva agregó a mucha más gente en la parte delantera del escenario, y enseguida se notó que éramos pocos los que disfrutaban por igual de Rot (52) que de Leiva (20 años menor)
Y la verdad es que el tio es pura energía (posiblemente "patrocinada" con "vitaminas", pero esa es otra historia). Aunque el disco en solitario del ex-Pereza suena suavecito, en directo no tiene nada que ver. Muchísimo ritmo. Las canciones se sucedían sin apenas descanso, y Leiva dio una exhibición de estar enchufado (al igual que sus músicos) desde el primer minuto hasta el último.
Curioso fue ver al guitarra de Sidercars acompañando a Leiva (no os perdáis a este grupo si os gustan estos dos pollos). Le decía a mi mujer al terminar el concierto, que seguramente Pereza no volvería a juntarse, o que al menos no lo harían salvo por dinero... ya que Leiva tiene una voz característica y potente, y lleva el R&R en las venas... y le resulta más "sencillo" buscarse a unos buenos músicos, que a la inversa.
Leiva tocó varios temas de su disco Diciembre (Nunca nadie, Eme, Extasis, etc), algunas de Pereza (Aviones, Amelie, Animales...), e incluso se atrevió con El caso de la rubia platino que, según contó, Joaquín Sabina le dijo que debía hacer suya.
Al terminar el concierto de Leiva, se juntaron los dos en el escenario para tocar un par de canciones más, a modo de colofón de fiesta.
En resumen, un concierto inolvidable del que me quedo con dos estilos completamente distintos, pero que me encantan... y con una frase de Ariel en la que más o menos dijo que se despedía durante un tiempo por temas personales (concretamente dijo "porque la situación así lo requería).