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29 mayo 2013

¿Cuál es tu medio de transporte favorito?

Independientemente de cual sea tu respuesta a la pregunta que encabeza este post, la realidad es que las opciones que se plantean a los “viajeros del S.XXI” son cada vez más casposas.

Los tiempos que corren, y –por qué no decirlo- la proliferación de nuevas compañías en los últimos años, fruto de una bonanza económica desmesurada, han hecho que lo que antes tenía un cierto toque de diferenciación (por no llamarlo glamour) haya dejado de tenerlo, para convertirse en un “transportador de cuerpos”. Me refiero al avión como medio de transporte

Pero evidentemente hay dos tipos de viajes en avión. Los viajes de corto recorrido, y los de largo recorrido. Las alternativas que manejamos cambian radicalmente. Mientras que para las segundas, apenas tenemos otra opción que meternos en un avión (cueste lo que cueste, y le guste a quién le guste), para los viajes de corto recorrido hay un montón de opciones y alternativas.

Vamos a considerar que los viajes de corto recorrido son “locales”, entendiendo por locales, por ceñir un poco más el ámbito de análisis, aquellos que puedan circunscribirse dentro de España como la península (excluiremos por razones obvias las Islas Baleares y las Canarias). Si de este tipo de viajes hablamos, podemos concluir que si estás en Madrid , por estar casi en el centro neurálgico de la península y además estar dotado de la mejor red de infraestructura y conexiones con la mayoría de las capitales de provincia, casi cualquier viaje en el que podáis estar pensando, está a “una horita de avión”.

¿Cuáles son las alternativas con las que contamos si queremos plantearnos otros medios de transporte? A saber, las siguientes:

-          El tren
-          El AVE (tren de alta velocidad), con la limitación de “destinos” existente en la actualidad
-          El autobús
-          El coche

La verdad es que visto así, la elección de una alternativa quedará sesgada por uno de los siguientes criterios de decisión (en lo que a lo “racional” se refiere, ya que evidentemente no consideraré las razones “sentimentales”):

-          Precio
-          Tiempo

Si queremos buscar un sustitutivo al avión en base a la variable tiempo, apenas nos queda una opción, y se llama AVE (tren de alta velocidad), pero tenemos limitaciones de destino evidentes, ya que actualmente sólo podremos ir en AVE a destinos como Sevilla, Córdoba, Ciudad Real, Puertollano, Málaga, Barcelona, Lleida, Zaragoza, Valladolid… y seguramente me dejo algún destino intermedio entre Madrid y dichas ciudades). El AVE tiene la ventaja que te deja en el centro de la ciudad a la que te dirijas, y el tiempo neto de “desplazamiento” es parecido al del avión, si computamos también los tiempos de estancia en aeropuertos, desplazamiento hasta los mismos, etc.

Por norma general  los precios del avión (considerando que hay competencia en dicha industria) se han reducido en los últimos años, gracias a la llegada de las low-cost como Ryanair, Easyjet, Vueling, etc, y a la adaptación de las aerolíneas de siempre a la situación de precios que les planteaban dichos competidores, lo que terminado en EREs en algunas compañías, y quiebras en otras que no han sabido o no han podido adaptar su estructura de costes e ingresos al nuevo escenario establecido.

Y las que han conseguido (o están tratando de) adaptarse, lo hacen a costa del servicio y de los clientes que eligen seguir confiando sus viajes locales en ellos. Y si no me crees o no sabes a lo que me refiero, te animo a que viajes con Iberia a cualquier destino y a cualquier hora. No te servirán gratis ni unos míseros cacahuetes (cuando en otras compañías sin los problemas de Iberia, si encontrarás). En el fondo, dichas compañías se han agarrado a la palanca de los costes para poder competir con las low-cost, y como su propia palabra indica, la naturaleza y la estructura de costes de estas últimas, es claramente más liviana que los grandes elefantes de la aviación, así que les auguro un fracaso sonado por el mero hecho de no elegir la diferenciación como alternativa (aunque admito que es fácil escribir sin tener los números en la mano, y es posible que tampoco así lograran salir del atolladero en el que están sumidos actualmente)

También es cierto que hay cierta herencia del pasado en cuanto a lo que el consumidor podía esperar (y definitivamente echa de menos) en los viajes en avión. No queda ni rastro de ese toque de distinción de hace tiempo. Recordad cómo acudíamos a pavonearnos en nuestros viajes de negocios por las salas VIP de los aeropuertos, o cómo la gente volaba en Business o en Primera, y aquello era más que una mierda de cortina que se iba moviendo en función del número de personas que sencillamente querían algo más a cambio de un precio más alto –diferenciación.

En el AVE tampoco os regalarán nada (quizás unos polvorones en navidad y los cascos para poder ver la película), pero para eso tienen habilitado un vagón restaurante del que nadie se queja, porque además tiene un componente social que no está permitido en los aviones por cuestión de optimización del espacio disponible.

Por precio la opción es evidente. El autobús es tu opción… pero prepárate a pagar cada uno de los euros que te vas a ahorrar en forma de parada en destinos inhóspitos o en forma de interminables viajes con una mayor exposición a “elementos externos de poco control”, como pueden ser los atascos salvajes en las temporadas altas (Semana Santa, Verano, Navidad, etc), los accidentes que te puedes encontrar en tu marcha o los fenómenos meteorológicos adversos especialmente en invierno (nombremos la lluvia, pero ni que decir tiene que lo que aquí afecta de verdad es la nieve)

Entre uno y otro, está el coche, pero requiere atenciones al volante, y estás sometido a los mismos “EPC” (elementos de poco control) del autobús, aunque al menos, tienes cierta capacidad de decidir por ti mismo, cosa que en el caso anteriormente nombrado (salvo relación directa con el conductor del autobús, no tendrás). Además, en el caso del coche, hay que considerar que salvo que tengas coche de empresa con coste de mantenimiento 0 y gasolina gratis (o casi) hay un coste de deterioro del vehículo que irá incrementándose a medida que le hagamos más km al mismo, aparte de que no resulta un precio excesivamente competitivo contra el tren tradicional (no el AVE), ya que a fin de cuentas, y a consumos medios, sale prácticamente igual … pero puede salirte más caro si te multan… o mucho más, si tienes un accidente.


Así que… ¿cómo dices que vas a hacer tu próximo viaje?

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