En varias ocasiones he hablado en el blog de la importancia de los idiomas. Es una de esas cosas que se puede mejorar exponencialmente "tan solo" con esfuerzo y tesón. Y realmente termina siendo una commodity que a lo mejor no aporta demasiado en positivo, pero que en el caso de no tenerlo, deja una laguna evidente ante compañeros, clientes, proveedores, etc.
Y a veces la solución es más fácil de lo que parece. A veces haciendo un Máster internacional podemos matar dos pájaros de un tiro. Aprendemos nuevas cosas o consolidamos conocimientos, y de paso mejoramos o perfeccionamos el dominio del inglés.
Porque creedme que he pasado momentos de verguenza ajena con algunos compañeros que he tenido a lo largo de mi carrera profesional viéndoles tratar de expresarse en una mezcla del idioma de Shakespeare y el de los símbolos. Con frases incoherentes, gestos, palabras mezcladas en español o -peor aún- en spanglish.
No seré yo quién presuma de bilinguismo ni nada parecido. Soy consciente de mis errores, pero al menos un mínimo -una base- es más que necesario para defendernos en un entorno profesional que cada vez es más global y tiene menos barreras, y en pleno S.XXI, la linguística no puede ser una de ellas... así que ya sabes, ponte las pilas de una vez con el inglés si no quieres quedarte descolgado y ser señalado por los demás.
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