10 abril 2014

El Blog del Marketing

¿Son digitales nuestras empresas o seguimos en la pre-historia?




















Depende de la empresa de la que hablemos e incluso del sector de actividad en el que dicha empresa se encuentre, podemos hablar de empresas con mayor o menos grado de acepción de tecnología... o de un modo algo más rústico, de si nuestra empresa es considerada digital o no (yo las llamaría pre-históricas a las que ni siquiera lleguen a tener esta acepción de digital)


El caso es que una de esas notas de prensa que tanto odio, ha aparecido cual champiñón en mi bandeja de entrada, y supongo que me ha pillado en un momento de debilidad, porque he pinchado en uno de los links de este estudio realizado por PWC sobre el grado de digitilzación de las empresas, y sobre la intención de los directivos de las mismas de invertir en dar un paso hacia lo digital.

Obviamente encontramos respuestas de lo más obvias (sobre todo si le preguntamos a los directores y responsables de IT, o incluso a los CEO's de las mismas). Es algo obvio y evidente, básicamente porque les pagan por ello... pero bueno, eso es otra historia

Ahora bien, si analizamos lo que consideran las figuras clave en la implantación de la tecnología en las empresas, encontramos respuestas de lo más variopintas, como la de que el CEO de dicha compañía esté "comprometido con lo digital". No se lo que opinan los gurús de PWC, pero a mi una respuesta de ese tipo me pone los pelos como escarpias. 


¿Acaso depende el futuro tecnológico de nuestra empresa del grado de entendimiento y raciocinio de una persona? (puede llamarse CEO o Pepito Grillo) Si realmente esto es así, casi es mejor que nos dediquemos a la cria y reproducción del caracol en cautividad, porque como mucho, dependeremos de factores exógenos al "negocio" como puede ser la cantidad de lluvias que pueda haber durante un periodo determinado de tiempo.

Entiendo ahora que ciertas compañías/sectores le tengan miedo o alergia a la gestión de su marca en redes sociales, y apenas se preocupen de "permitir" que el departamento de marketing o en el mejor caso el de comunicación, contrate un community manager para "tirar del carro" cara al público, pero sin soporte, ni estrategia ni una visión clara de qué hacer y cómo hacerlo.

En el fondo, imagino que el comité de dirección apenas le dará importancia a ese nuevo canal de comunicación llamado Facebook o Twitter (que seguramente ha visto usar a sus hijos o en el peor de los casos a sus nietos), y que por lo que ha pedido a los responsables de proporcionar información en la compañíá, apenas supone un 0,1% de la facturación de la empresa.

Y claro... así nos va...


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