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06 julio 2014

La Iglesia necesita un plan de marketing centrado en el "cliente"

La iglesia necesita un cambio. O dos. Realmente necesita hacer una especie de reconstrucción como si de una gran empresa se tratara

Realmente creo que lo que la iglesia necesita es un plan de marketing 360º que tenga foco en lo que a priori se centraron. Sus clientes…. Podemos llamarlos creyentes, feligreses o como queramos, pero no dejan de parecerse a los clientes de una empresa que, atraídos por un producto o servicio, o por las bonanzas de los mismos o de la propia marca, repiten y terminan fidelizados a la misma

Seguramente en el Vaticano les vendría bien hacer un MBA en una de esas prestigiosas escuelas de negocio, para que les ayudaran a entender como fidelizar a sus clientes. Porque recuerdo que hace unos años, cuando iba a la iglesia con frecuencia, cuando el representante de la marca hablaba, la gente escuchaba atentamente e incluso respondía con mayor o menor fervor… dependiendo del mix de consumidores que se encontraran entre e público.

Falta convicción. Falta ilusión. Falta sangre nueva. Tanto entre los feligreses o clientes, como entre los propios representantes de la marca, o sacerdotes. Unos y otros han adoptado la postura más cómoda y a la vez irracional. Se limitan a cumplir con su papel, sin salir de una zona de confort que les llevará a la crisis absoluta.

Y por si fuera poco, los de los Headquarters de El Vaticano, parece que no terminan de entender que todo lo que son y para lo que están aquí, debería estar centrado en la gente. Tengo entendido que la base del cristianismo es la atención y el amor al prójimo, no todo lo contrario. Parece que los de las oficinas centrales dela iglesia esperaran que sus propios clientes les adorasen (y alabasen), cuando ellos se han olvidado de sacar nuevos productos y servicios que consigan engancharles y generar una base de clientes fidelizada y dispuesta a todo por la marca.


Incluso pueden estar dispuesto a pequeñas dosis de irracionalidad (muy típicas de la iglesia en según qué momentos). Pero no. Resulta que sus máximos dirigentes se encuentran presos de la mole que han creado.  Es un monstruo tan grande y pesado que no tiene capacidad de cambiar en las cosas más pequeñas. O quizás si, y el juego de señales de humo que vemos desde la llegada de su nuevo CEO, Francisco pueda ser un motivo de alegría para una institución que en mi opinión, está al borde de la quiebra de clientes.

 

Si la Unión Europea ha tenido que acudir al rescate de países al borde de la banca rota y en situación de quiebra técnica e institucional… ¿quién acudirá a rescate de la iglesia? Quizás sea el momento de llamar a Batman y a sus amigos los super-héroes, porque creo que esto no lo salva ni Dios

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