Nuestro país es famoso por muchas cosas. En el ámbito de la gastronomía, desde la irrupción de los grandes chefs de nuestro país, nuestra cocina está en primera línea internacional. Pero de algún modo esto no es nuevo. Y sobre todo, no es casual.
Hace décadas que España es conocida por sus vinos o por su aceite de oliva (el famoso oro amarillo que, si tienes la oportunidad de vivir lejos de nuestra piel de toro, apreciarás lo valorado que está al menos en cuanto a precio). Si viajes por Andalucía te darás cuenta de los cientos de miles de olivos que nos convierten en el mayor productor de aceite de oliva, del mismo modo que a lo largo y ancho de nuestro país (y muy específicamente en algunas zonas) las vides decoran los paisajes de nuestras carreteras.
España es (en superficie) el país con mayor proporción de viñas cultivadas del mundo, con un 15% de la extensión total, pero no es una cuestión de cantidad, sino de calidad. Denominaciones de origen como Rioja o Ribera del Duero son conocidas internacionalmente, mezclando gran variedad de tipos de uva locales como el tempanillo, la garnacha, alvariño, etc y mezclándolos con uvas internacionales como el cabernet, merlot, pinot, etc.
Pero es la tradición y la importancia de la enología y el mimo y la tradición con las que muchas bodegas cuidan sus caldos lo que nos da ese carácter especial a los principales vinos de España.
Me gusta el vino pero no me considero un experto. Apenas soy capaz de distinguir si un vino me gusta o no, pero tengo muy poca memoria vinícola. Recuerdo que algunos vinos me han dejado huella y he repetido, pero también se que -gracias a mi amigo Juan- he probado un montón de vinos que mi mente no se ha preocupado en recordar como seguramente merecen.
Y tu, ¿tienes tu vino favorito? ¿eres de Rioja o de Ribera? ¿prefieres Somontano o Priorato?
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