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27 octubre 2014

Publicidad exterior en el Duomo de Milán

Este fin de semana hemos pasado unos días increíbles en Milán. La ciudad que todos catalogan de forma automática como “fea” o “industrial”, es una bonita sorpresa para el turista que –como nosotros este fin de semana- la visita de la mano de amigos y además residentes.

Qué importante es conocer una ciudad de la mano de los que la han aprendido a vivir antes que tu. Es evidente que Milán no es comparable a ciudad de la entidad monumental que Roma o Florencia, pero es una moderna ciudad europea que poco tiene que envidiar a otras grandes capitales como Berlín, París, Londres, Madrid o Barcelona, por citar algunos ejemplos.

Pero no vengo a hablar de lo mucho que nos ha gustado Milán, sino de cómo la ciudad está en una vorágine de obras de cara a hacerse el clásico “lavado de cara” previo a la Expo universal que tendrá lugar desde primeros de Mayo hasta el mes de Octubre del próximo año 2015. Por todos los lados encuentras obras. Aceras levantadas y hasta antiguos canales desenterrados y encauzados de nuevo.
Parece ser que Milán era una ciudad con un montón de canales, pero en la época de Mussolini sencillamente se taparon (en vez de secarlos y soterrarlos). Por eso seguramente te sorprenda los mosquitos-helicóptero milaneses. El agua y la humedad sigue en la ciudad y quizás esto te ayude a entender el frío y la niebla que se vive durante el invierno.

Pues lo dicho, se están volviendo a recuperar algunos de los principales canales de Milán, y estoy seguro que para cuando empiece la Expo, la ciudad tendrá muchos más atractivos turísticos de los que tiene ahora (que no son pocos). Incluyendo las reformas que se están realizando en el mismísimo Duomo, una catedral imponente que se eleva en el centro de la ciudad y que es el orgullo de los milaneses.

En la misma (que bien podría estar rehabilitándose con motivo de la Expo o sencillamente porque es “lo que tocaba), podemos ver cómo hay unas telas con los mismos dibujos que la zona que se está rehabilitando y que a su vez han sido aprovechados (supuestamente por el ayuntamiento o por el gestor de tan bella catedral) para conseguir un extra de financiación permitiendo a una marca de moda poner un llamativo cartel publicitarios que –desde lejos- te da la impresión de estar colgado de la mismísima catedral



Te encuentras en la calle más parecida a la calle Preciados en Madrid y desde ahí, por encima de las cabezas de las miles de personas que pasean y realizan sus compras, puedes observar como un cartel gigantesco “cuelga” del mismísimo Duomo. Por suerte solo es un efecto óptico que contribuye a financiar los gastos de rehabilitación. Buen movimiento. Resulta muy llamativo desde lejos

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