Y finalmente ocurrió. Llegó el famoso 15 de Marzo y por tanto el día de nuestra primera Media Maratón. Pero como todo buen evento estuvo rodeado de momentos míticos en el pre, en el durante y también en el post.
Varios de los
runners cuarentones llegamos a Aranjuez el sábado a mediodía. Concretamente Agustín, Chumy y yo, con nuestras respectivas mujeres e hijos. Fuimos a comer a una terraza y la verdad es que disfrutamos mucho de esas horas de sol y buena comida, tomándonos una carne absolútamente mítica que a ninguno dejó indiferente
Quizás lo correcto antes de correr 21km corriendo (y más si eres inexperto) sea tomar pasta el día anterior, pero a fin de cuentas nosotros no somos más que un grupo de amigos dispuestos a disfrutar de la carrera y sus prolegómenos, así que regamos la comida de un par de cañas y un buen vino, como mandan los cánones.
El resto de runners que no disfrutaron de la comida fueron llegando a lo largo de la tarde. Esteban con su familia desde Sevilla (como Agustín) y Antonio con Yova llegaron a media tarde y la verdad es que poco más hicimos aparte de cenar pasta en el propio hotel (NH Collection Príncipe de la Paz), y entre risas y preparación ficticia de la estrategia de carrera dejamos pasar la noche. Había que acostarse pronto porque a la mañana siguiente tocaba madrugar y un buen esfuerzo para los 6 participantes de la carrera.
Fran no durmió en Aranjuez esa noche. Llegó directamente a la mañana de la
#MediaMaratonAranjuez (alguno dijo aquello de Vini, Vidi, Vincci, y visto lo visto... acertó)
El caso es que llegó la carrera y los seis cuarentones miembros del
#teamDEPORR estábamos ansiosos y aparentemente preparados para lo que tan concienzudamente habíamos preparado durante varios meses. La media maratón estaba a punto de empezar y todos teníamos pensado cómo se desarrollaría cada una de nuestras carreras.
6 runners cuarentones que unos meses antes apenas se conocían hace unos meses (salvo por mi, que soy amigo de todos ellos) estábamos dispuestos a conseguir nuestro reto.
En mi caso la carrera se desarrolló de forma completamente distinta a como lo había planeado. Pensaba haber ido despacio los primeros 10 km y a ritmo más fuerte los últimos 11, pero nada de eso ocurrió. La carrera me llevó y a pesar de que los primeros 3 o 4 km no paraba de mirar el reloj preocupado por mis altas pulsaciones para ese momento de carrera, conseguí relajarme, concentrarme en correr y disfrutar de ello... y poco a poco fui un poco más rápido mientras mis pulsaciones se fueron normalizando.
Ocurrió como pensábamos. Fran y Esteban se fueron para arriba desde el principio y Agustín, Chumy, Antonio y yo fuimos más o menos juntos buena parte de la carrera. Aproximadamente en el km 7 Agustín se fue quedando poco a poco atrás. Antonio y yo teníamos a Chumy a unos 30 o 40 metros pero decidimos ir juntos poco a poco hasta que le dimos alcance en el km 12.
En ese momento sentí que Antonio prefería el ritmo de Chumy. Yo me vi bien, así que mantuve mi ritmo alrededor de los 5;30, al igual que llevaba los últimos km... y que conseguí mantener prácticamente hasta el km 17 o 18. En un momento dado miré para atrás para comprobar la distancia que me separaba de ambos y no les ví, así que asumí los restantes 3 o 4 km sin mirar atrás y concentrado en las pocas fuerzas que me quedaban en ese momento.
Igualmente al mirar el reloj comprobé que aunque había bajado mi ritmo, conseguía moverme alrededor de los 5:40 o 5;45, así que asumí que del mismo modo que yo estaba sufriendo, los demás lo estarían haciendo también, y que había ganado suficiente ventaja como para seguir así hasta cruzar la meta. Pero me equivoqué
Justo al cruzar el cartelón de los 20km (es decir... a 1000 metros de la llegada) Chumy me dió un toque en el culo para decirme algo así como "hola tio... aquí estoy, para pelearte la tercera posición (recordemos que además del reto de cada uno de terminar nuestra primera Media Maratón, teníamos un pique interno y una apuesta por la que los tres últimos pagarían la comida y cervezas de los tres primeros)
El caso es que Chumy me alcanzó y ahora ambos nos disputábamos pagar o no. Llegó una cuesta con algo de pendiente (mucha para la altura de carrera de mis piernas) y me pareció que le distanciaba un poco, pero a los 100 metros Chumy cambió de ritmo y apretó. Mi primera reacción fue ir tras el, pero mis piernas me decían que esperara un poco, así que eso fue lo que hice. Aguanté un minuto más en el que Chumy se iba alejando cada vez más y entonces cambié de ritmo para intentar alcanzarle. Pero pronto me di cuenta que no tenía piernas y que por mucho que había acelerado no conseguía alcanzarle.
Momento de asumir que iba a ser cuarto (y por ende pagano), pero de disfrutar los últimos 500 metros de la carrera, sobre todo cuando a 200 de meta ví a mi mujer y a los niños que me acompañaron en los últimos metros de este reto del que he disfrutado (y sufrido) como un enano.
Al final reto cumplido, con un tiempo de 1:57:51 (que está mejor de lo que pensé antes de la salida pero que -honestamente- es lo de menos). Terminamos la carrera los 6, lo cual ya fue un éxito en si mismo. Ganaron Fran, Estaban y Chumy... pero no perdió nadie (ejem), y además cerramos el día con una magnífica comida en un restaurante gallego, para despedirnos todos prometiendo repetir experiencia (se habló de la Media de Bruselas, de la de Sevilla... y quizás de otra más).
Tendréis pronto noticias nuestras. Mientras tanto, toca empezar a preparar a entrenar para disfrutar de futuras carreras (10 km)