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22 abril 2015

El peso de las opiniones y su influencia en el posicionamiento

Cada vez nos basamos más en las opiniones de los demás para tomar nuestras propias decisiones o hacernos opinión sobre una empresa, un producto o un servicio. Siempre será mejor acudir a Internet en busca de miles de valoraciones, que probar con tu amigo o con el vecino de turno. Por pura estadística es preferible que la muestra sea lo más representativa posible, y cuando hablamos de base de usuarios, nada como ir a la red para tener una opinión fundada o para buscar información sobre empresas, a todos los niveles que podáis imaginar. 

Hoy en día la competencia es muy dura, y hay muchas empresas que tratan de diferenciarse en esas pequeñas cosas que realmente marcan la diferencia. No siempre es fácil diferenciarnos en producto, servicio, precio, etc. A veces haciendo una inversión en posicionamiento orgánico (SEO), podemos ser más visibles para aquellos potenciales clientes en búsqueda de los productos o servicios que ofrecemos.

Para aquellos anclados en el siglo pasado, seguramente será equivalente a buscar una aguja en un pajar, pero si hacemos nuestros deberes en “la parte de atrás”, en ese pajar estamos metiendo una viga de hierro macizo, con lo que nuestra empresa será mucho más visible antes los ojos de quienes estén haciendo esas búsquedas.

Hace poco lo hablaba con un compañero de trabajo. Cada vez son más importantes los matices. Pequeñas cosas que hacen grandes diferencias. Lo mejor es hacer las cosas bien. Pero no algunas, sino todas ellas, porque cuanto mayor sea nuestra visibilidad, más probabilidad tenemos para demostrarle a esos potenciales clientes que somos la empresa que ellos están buscando. Recordad que es mucho más caro captar a un cliente que fidelizarlo, así que lo único que tenemos que hacer es asegurarnos que tenemos esa primera oportunidad, porque si lo que ofrecemos es lo que esperan de nosotros, seguramente estemos en el primer paso para tener un cliente satisfecho y fiel.


Pero si simplemente esperamos a que las cosas ocurran, estamos dejando en manos de la probabilidad el éxito y la supervivencia de nuestro negocio. Y no conozco a nadie que se sienta cómodo con un porcentaje de aleatoriedad alto de llevar comida a la mesa de su casa, o de tener que explicarle a los trabajadores de su empresa el motivo por el cual se ve obligado a cerrar.


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