Hace años que las grandes marcas están centrándose en grandes campañas de publicidad que normalmente consiguen llegar a más gente y viralizar sus contenidos gracias a Internet y al uso de plataformas como Youtube, Instagram, Facebook o Twitter (por citar las más comunes) como herramientas de comunicación en masa, aunque con la posibilidad de segmentar el target de clientes al que dirigirse.
Pero cuando las marcas hablan de 360º (fácil de poner en un PowerPoint, pero no tan común verlo implementado) deben aprovechar el impacto que les dan muchas otras pequeñas cosas que tienen mucho impacto en el usuario y a las que podemos acceder en cómodamente desde cualquier sitio gracias a la imprenta online que permite campañas tan originales como personalizar campañas imprimiendo tu nombre en latas de refresco, vasos de helado, pegatinas, cartas de menú, sellos, etc.
La cuestión es salir un poco de los soportes tradicionales e intentar sorprender al potencial cliente. Solo así conseguiremos cierto impacto. Es verdad que los grandes impactos se consiguen con un buen anuncio en la tele, con una buena campaña viral que da varias vueltas al planeta tierra de muro de Facebook a muro de Facebook y con millones de visualizaciones en Youtube, pero también podemos dejar huella en los potenciales clientes con -por ejemplo- un detalle en forma de una lata de refresco personalizada, o un boli con tu propio nombre.
En fin, que hay un montón de formas de llegar a nuestros clientes y que con frecuencia nos focalizamos en las más impactantes (y caras) olvidándonos de esas pequeñas acciones de batalla que nos pueden dar el toque diferente que estamos buscando
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