Recientemente he descubierto que el tiempo es un factor aleatorio según lo ojos con que se vean, y según sean los impactos de este en la prioridades de dichos ojos. Voy a intentar explicarme un poco mejor, porque no creo que este sea el párrafo más clarividente que he escrito en los casi 10 años de El blog del Marketing.
Hace hoy 10 meses, mi hijo Jaime tuvo una fractura de cúbito y radio bastante aparatosa que le tuvo alejado de la actividad típica de un niño y por supuesto de su querido fútbol desde mediados de mayo hasta principios de octubre. 5 meses que para Jaime fueron una eternidad, pero que conseguimos que pasaran y que volviera a disfrutar de "lo que más le gusta del mundo".
Y además comenzó a jugar en el CD. Canillas. Un equipo de verdad. Un club de fútbol estructurado en el que a pesar de jugar con niños de 1 y 2 años mayor (y en una categoría superior) disfrutaba jugando y diría que en cierto modo estaba entre los destacados del equipo. Ni que decir tiene que el estaba feliz con su fútbol y su vuelta a la rutina típica de un niño.
Pero en diciembre se cayó y se volvió a romper el radio, pero después de segundas opiniones y varias pruebas, resultó ser algo más que una "simple" rotura de hueso. Tenía infectado el hueso y hoy mismo (8 de febrero) acaban de operarle. Obviaré contaros el proceso quirúrjico en dos tiempos (2 operaciones) por el que va a pasar Jaime, porque no viene al caso... pero sin embargo me centraré un poco más en la dimensión temporal de la jugada.
El otro día le dijo el Dr. Narbona (en cuyas manos hemos confiado felices de la vida) que lo normal es que no volviera a jugar al fútbol hasta el mes de octubre o noviembre... y para Jaime eso es una verdadera eternidad. No concibe volver a estar otros 8 o 9 meses sin hacer lo que más le gusta del mundo, y le parece todo una auténtica mierda (frase textual).
Sin embargo 8 meses (o 15 si empezamos a contar en mayo de 2016, fecha de la primera rotura) no son nada en la vida de un chaval de 9 años. Dentro de un tiempo lo recordará como una anéctoda que le dejó un par de cicatrices y muchas historias grabadas en su mente... pero -si todo sale bien- quedará nada más que en eso.
Pero la capacidad de pensar a medio y largo plazo en un niño sencillamente no existe. El solo quiere jugar al fútbol. En el cole, con sus compañeros del Canillas... en la playa este verano. Porque es un niño y los niños se divierten así. Tratar de mantener a Jaime pausado y tranquilo durante tanto tiempo es como que te den un coche de fórmula 1 en una recta kilométrica y recorras cada centímetro de la pista en primera. Es sencillamente imposible
Así que espero que este tiempo pase muy rápido y vaya todo bien. Por el. Yo confío en que todo quedará en un susto y en un agobio con final feliz, pero si hay alguien escuchando que tiene acceso a las manivelas del gran reloj, le pediría que achuche un poco a la aguja de las horas para que le pasen lo más rápido posible y pueda verse dentro de poco haciendo vida normal. Tirarse por el suelo y regatearme hasta por la cocina.
Disfrutando de su infancia y siendo un niño feliz, con los dos brazos en perfecto estado de revista, ya que estamos.
Pd: Animo Jaimolas, eres un crack y esto lo vamos a pasar "con dos huevos". Ya lo verás
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