Hoy he leído en una entrevista en Expansión a un tipo de esos que todo saben que decía que en España lo que hace falta es talento digital. Me encantan los que hablan con sentencias, como si de todo supieran. Porque esta gente lo mismo te habla del mejor diseño para una página web (y después se van corriendo después de implementarla) como de las tendencias en big data o en marketing digital cuando no saben lo que es un "buscar v" en Excel.
Hablar es muy fácil. Y no digo que no haya que hablar... o incluso hablar convenciendo con sentencias ante un micrófono o ante un foro más o menos accesible. Porque estamos en un país libre y opinar es parte de esas libertades. Pero cuando estamos en un entorno algo más profesional que un foro, un congreso o una entrevista, la cosa cambia.
Un profesor que tuve en una prestigiosa escuela de negocios en Madrid, decía que "los números hablan... pero si están bien hechos, bailan". Y no puedo estar más de acuerdo. Es cierto que en cierto modo estoy obligado profesionalmente a defender la posición de los números como base para las decisiones, pero también quería aclarar un par de cosas que creo que pueden ayudar a los "sueltos de lengua":
- Los números son estúpidos. Por si mismos no son nada, pero son el punto de partida de cualquier análisis o decisión que se tome en la empresa. Hoy en día hay gente que se está subiendo al carro de las empresas "Data-Driven", que basan las decisiones en datos... como si fuera algo novedoso.
- Los comités de dirección suelen estar llenos de gente con experiencia pero poco analíticos. Y aquí es donde se complementa con el punto anterior. El factor de la experiencia es vital, pero solo la experiencia no va a ningún sitio. Puede servir para determinadas situaciones, pero a largo plazo se queda corto
- Los árbitros no pueden llevar la misma camiseta que los jugadores de campo. Es una máxima que nadie en el ámbito del fútbol podría discutir, pero que sin embargo llega a escandalizar en el ámbito laboral. No está bien que alguién del área de marketing mida la performance del propio departamento. Sin entrar a valorar suspicacias, lo justo es que las valoraciones las haga un equipo neutral (y analítico)
- La información no es poder. Es herramienta. Es conocimiento. Y el conocimiento se comparte con la organización, porque solo de esa forma nos aseguramos que la organización tiene todas las herramientas para progresar, para evolucionar, para tomar las mejores decisiones de negocio (basadas en números)
Y si amigos, todo esto que parecen obviedades son lo que muchos llaman Business Intelligence, aunque también podríamos agruparlo bajo otros términos relativos al sentido común y a la profesionalización de las empresas en pleno S.XXI, donde gracias a la digitalización de la sociedad (y por ende de las empresas) tenemos mucha más información que termina siendo guardada y, por tanto, susceptible de ser analizada.
Si crees que ya tomabas las decisiones en base a los datos, prepárate, porque esto no ha hecho más que empezar. Las compañías Data Driven ya están aquí. Y esto no es una moda, es una evolución semejante a lo vivido en la revolución industrial o al cambio de paradigma gracias a Internet.
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