Lo cierto es que en
mi agenda de fin de semana no estaba apuntado escribir sobre el día de hoy (día
electoral). Sí es cierto que tengo por ahí pendiente un post sobre Marketing
Político, pero en mis planes no estaba pronunciarme sobre el hecho de ir a votar
por enésima vez (entiendan la exageración: soy andaluza). Pero (otro
"pero") he ido a buscar el Reglamento General de Recaudación en
Google (¡porque el mío físico no lo encuentro por parte alguna!) y Google me ha
recordado que hoy es día de electoral; como si mi padre no llevara días
recordándomelo. ¡Cualquiera se queda en casa!
Luego, hablando con
un amigo, me ha dicho que él no va a votar, que tiene que desplazarse sesenta
kilómetros y que pasa, porque, total, en un mes vamos a votar otra vez. Que yo
me río, pero dentro de la exageración del comentario (el muchacho no es andaluz,
pero también es exageradillo), no está muy alejado de la realidad.
Lo cierto es que la
abstinencia al voto es una opción que ha pasado por mi cabeza, pero me han
educado de un modo que no me haría sentir cómoda, y luego está el hecho de que
me niego a aguantar los sermones de mis padres y amigos varios.
Yo puedo votar nulo,
votar en blanco, votar para que no salga lo que no quiero (porque lo que quiero
dentro de lo que hay no lo tengo muy claro), pero quedarme en casa…no me lo
permiten mis principios. Lo haría si todos lo hicieran, como comportamiento reactivo
a la falta de acuerdo, cesión y preocupación real por el país por parte de los
grupos parlamentarios; pero pocos se van a quedar en casa por ese motivo. Así
que esa opción está descartada.
Pero (oootro
"pero") es que realmente se te quitan las ganas de moverte, aunque el
colegio electoral esté a dos pasos: ellos no se aclaran y nos echan el bulto a
nosotros, ¡con lo que cuesta ese bulto! Porque…¿cuánto cuesta unas elecciones
generales? Baratitas, baratitas…no creo que sean. Y ahora nosotros tenemos que
hacer lo que ellos no son capaces de hacer.
La cuestión es que
el marrón ya lo tenemos encima de nuevo, el bulto está gastado (contablemente
hablando) y quedarse en casa…no creo que sea la mejor opción.
En fin, que habrá
que ir a votar, aunque sea para poner en la papeleta "Antonio, te quiero 💕" (Mis brujillas saben a qué me refiero)
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