Como toda buena historia, ésta empieza con una carta de una desconocida que dice así: “Buenos días, mi nombre es Laura. Y os escribo porque tengo una petición muy especial.”
Laura es la nieta de Marcela, una mujer que ayer 22 de abril cumplió 93 años. Confinada en soledad en Madrid, Marcela es una mujer avanzada a su tiempo que domina el uso del móvil y se comunica cada día con sus hijos y sus nietos a través de un grupo de Whatsapp. Marcela, sin perder la sonrisa, cada día les recuerda que está bien.
Hace ya 20 días, Laura, su nieta, escribió al hotel madrileño NH Ventas contándoles que su abuela Marcela, día tras día desde que comenzó el estado de alarma, se había dedicado cada noche a mandar una foto del hotel a su querido grupo de Whatsapp. Y es que cada noche, el hotel NH Ventas ilumina su fachada con corazones y palabras de esperanza que forma con las luces de las habitaciones vacías. Una forma de recordarle al barrio, y a Madrid, que, aunque cerrados, aunque vacíos, siguen ahí.
Y Marcela, cada noche sale a la ventana y hace una foto. Corazones, la palabra HOPE (esperanza). En la última les decía a sus nietos que el hotel había vuelto a sorprenderla. Que le parecía que el corazón estaba más iluminado y que así le gustaba más. Que quería llamarles para darles las gracias. ¿Y quién se resiste a esta clase de mensajes? Y en estos tiempos de pena e incertidumbre, ¿cómo no agradecer estos mensajes de felicidad?
Desde que Andrés Botín, el director del hotel NH Ventas, recibió el primer email de Laura la emoción e ilusión por sorprenderla no dejó de crecer en él y en su equipo. Son pocos dadas las circunstancias, pero suficientes para tener una idea maravillosa y llevarla a cabo. De iluminar la fachada con un 93 (años) pasaron a un gran evento en el que hasta la policía estaba colaborando.
Objetivo de la noche del 22 de abril de 2020: sorprender a Marcela. Suena el timbre, son las 10 menos diez y su nieto, visita a Marcela para llevarle la compra y algunas medicinas que le toca renovar. De pronto, desde la calle, se escucha el Imnos eis tin Eleftherían, himno de Grecia, tierra de origen del padre de Marcela y con la que siente un vínculo especial. Entre la emoción, los nervios y la sorpresa, Marcela se acerca a la ventana para ver en la fachada de su hotel la imagen de una tarta de cumpleaños, velas incluidas.
Y desde lejos se oye la voz de Andrés, habla con el corazón en la mano y de parte de todo el equipo. “Feliz cumpleaños, Marcela” y a continuación se escuchan los audios que han mandado sus familiares. Las velas se soplan y la emoción se palpa en el aire. Incluso en la Policía, compinchada, vigilando desde la calle.
Y desde lejos se oye la voz de Andrés, habla con el corazón en la mano y de parte de todo el equipo. “Feliz cumpleaños, Marcela” y a continuación se escuchan los audios que han mandado sus familiares. Las velas se soplan y la emoción se palpa en el aire. Incluso en la Policía, compinchada, vigilando desde la calle.
A continuación, comienza a sonar Zorba el griego. Y la fachada cambia. Cambia para decirle a Marcela felicidades, ponerle un 93 gigante y después sus iniciales. Y así de verdad sorprenderla como se merece, a lo grande. Con la emoción contenida de los familiares, de la propia Marcela y de cada uno de los miembros del equipo del NH Ventas, se escucha de fondo Volveremos a brindar de Lucía Gil. Resuena la letra en el cielo de Madrid “Ahora es tiempo de pensar y ser pacientes. Confiar más en la gente, ayudar a los demás”.
Y así Marcela no está sola en su cumpleaños y su familia le hace el mejor de los regalos. Y mientras suena la música y se apagan las luces del hotel, nos recordamos que la esperanza y el amor es lo único que no podemos perder en una situación como la que estamos viviendo.
No me digáis que no es una pasada lo mucho que se puede hacer para llegar a los corazones de la gente!
Y aquí, el resumen completo de la acción, con los agradecimientos de Marcela incluidos
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