Esta entrada es la primera de un total de cuatro, al frenético ritmo de una por semana, que escribiré junto a mis amigos-rivales de esta ante-última edición de
El retro blogger, y la temática para la misma no es otra que
la ñoñez 10 consejos sobre la vida que le daría a mis hijos.
Me pregunto quién soy yo para dar consejos si todavía me queda más de media vida para seguir equivocándome y aprendiendo de mis errores. Pero como al retro blogger hay que venir llorado de casa, allá van los 10 consejos para Jaime y Lola.
Espero que os sirvan de algo si es que alguna vez llegáis a leer estas líneas.
1.- Disfruta
La vida es corta y hay suficientes desgracias alrededor como para estar amargado el tiempo que vivamos. Disfrutar no significa desfasar, pero sí creo que es una actitud ante la vida. Vive al máximo. Intensamente. Sé feliz y concéntrate en lo positivo, y deja aparcado lo negativo.
Sin ser plenamente consciente de esta situación, a lo largo de los años me he encontrado con mucha gente que me ha catalogado como "un ser disfrutón". Y creo que es cierto. Intento disfrutar de todo. De mi familia, de mis amigos, de mi trabajo, del deporte... de cada cosa que hago. Y me considero un tío feliz.
2.- Ten personalidad
No tengas miedo a ser el salmón que recorre el río contra corriente. Tienes tu opinión sobre las cosas como para distinguir qué está bien y qué no lo está. Vas a tener muchas ocasiones en tu vida para demostrar que tienes personalidad y que no te arrugas ante el poder de lo colectivo. Si te ofrecen droga no te refugies en las masas o en el qué dirán. Di que no y demuestra que tienes personalidad para tomar tus propias decisiones
3.- Sé optimista
Se vive mejor si eres capaz de ver las cosas positivas de cada situación. Hasta las situaciones peores tienen una lectura positiva o un aprendizaje. Y solo es cuestión de actitud buscar las cosas positivas. Te aseguro que se vive mejor viendo el vaso medio lleno, y no lo contrario. Está en ti mismo elegir, pero te aseguro que en esta orilla del rio se vive muy bien. Bastantes situaciones desagradables hay en la vida como para quedarte regodeándote de tus desgracias.
4.- Sé humilde
Nadie es más ni menos que nadie por lo que tiene, sino por lo que es. Se respetuoso ante todos y actúa con humildad. Compórtate como has de hacerlo independientemente de quién tengas delante. Da igual que sea el consejero delegado de tu empresa que el personal de limpieza de los baños. Tu actitud ante las personas define el tipo de persona que eres.
Tu ropa, tu coche o tu movil no son nada. Son objetos, pero ten claro que no eres más ni menos que nadie por tener unos u otros. No seas cretino y sé humilde.
5.- Rodéate de buena gente
Seguramente ocurra de forma natural, pero si no fuera así, no permites que se cuele ninguna oveja negra dentro de tu rebaño. Es importante que tengas amigos con los que compartas aficiones y experiencias, pero también una forma parecida de vivir la vida.
Por supuesto que la variedad también enriquece a un grupo, pero siendo todos distintos, sería magnífico que todos tuviérais en común ser buena gente.
6.- El esfuerzo no se negocia
Si eres talentoso o un superdotado, has tenido suerte... pero la suerte nunca es suficiente. No al menos a largo plazo. En una carrera larga, la característica que marca la diferencia es la constancia en el trabajo. El esfuerzo es el que te llevará a ser mejor deportista, mejor profesional, etc.
Pero pasa igual en otros ámbitos de la vida. Con los amigos o la familia también hay que esforzarse y regar la tierra si quieres recoger los frutos. Así que ¡no seas perezoso y dale caña!
7. Sé honesto
La mentira tiene las patas muy cortas, y aunque en ocasiones sientas que es la forma más sencilla de salir de una situación determinada, a largo plazo nunca compensa. Además, si mientes o eres un tramposo, te pondrán una etiqueta que te va a costar quitarte de encima. No compensa.
Hay gente que en sentido figurado, va por la vida mirando atrás o detrás de las puertas, y creemé que es mucho mejor ir con la tranquilidad de ir de cara y con la verdad por delante en cada momento.
8.- Relativiza
Un punto de calma y tranquilidad en las grandes decisiones siempre viene bien. No te emociones cuando las cosas vayan bien ni te vengas abajo cuando no sea así. Tampoco digo que seas un "calma chicha", pero tienes que encontrar el justo punto de equilibrio a la hora de manejar tus emociones para no estar todo el día subido a una montaña rusa.
Cuando estéis con vuestr@s novi@s, pensad que seguramente no sea el último y cuando algo se rompa, permíteme anticiparte que no se acaba el mundo. Hay más peces en el mar, así que relativiza y sigue jugando.
9.- Haz deporte
Una de las cosas que más me preocupa de mis hijos es la posibilidad de que se conviertan en niños-rata. Siempre metidos en casa entre cuatro paredes, tengo la sensación de que la PlayStation, TikTok o lo nuevo que venga en el futuro, es más que suficiente para ellos. Y no me gusta.
Eso les convierte en animales caseros y consecuentemente no son conscientes de todo lo que se están perdiendo ahí fuera. Excursiones de montaña, turismo para conocer otros lugares, otras culturas o simplemente jugar al fútbol o a lo que sea debajo de casa. En este aspecto, y en solo una generación, hemos cambiado muchísimo y reconozco que me da algo de pena ver de qué forma consumen sus horas de ocio los chavales de las edades de mis hijos (12 y 11). Me consuela parcialmente que no es algo propio de los míos, pero es cierto que estamos educando a máquinas de consumir tecnología, y no me encanta.
El deporte (sobre todo el deporte de equipo) concentra muchos valores que te servirán el resto de tu vida. Por eso creo que es muy importante (además de que es una forma de disfrutar)
10.- Escucha a tus padres
Somos unos pesados, no entendemos nada y mil cosas más. Pero todo lo que hacemos lo hacemos por vosotros. Además no hace tanto que éramos unos niños como vosotros, y de una forma o de otra nos hemos enfrentado al mismo tipo de situaciones por las que estáis pasando ahora vosotros. Y tiene pinta de que las hemos superado.
Como padre, me reconforta pensar que tarde o temprano creceréis y maduraréis, pero reconozco que le tengo un poco de miedo a la adolescencia y sus devenires, y a esa sensación de que os alejáis poco a poco de nosotros. Lo único que haré es asegurar que "suelto cuerda", pero que no se rompe, porque en algún momento podremos volver a tirar para acercaros a nosotros y poder tener conversaciones de adultos.
Sea como fuere, tened claro que os quiero muchísimo y que todo lo que hago tiene por objetivo convertiros en alguien que disfruta la vida, con personalidad propia, optimista, humilde, rodeado de buena gente, una persona que se esfuerza, que es honesto, sabe relativizar, hace deporte y escucha a sus padres.
Ahora que lo pienso, quizá quiera convertiros en copias de lo que somos o al menos de lo que querríamos ser.