Esta mañana, después de desayunar me he puesto a leer los periódicos y a cacharrear un poco por mi Feedly para leer cosas mientras me tomaba el segundo café de la mañana, y he leído que por fin está concedida la operación de las líneas de alta velocidad ferroviaria de Adif y que opera desde hace más de 20 años en situación de monopolio, la española Renfe.
Desde luego es una gran noticia que Renfe tenga un competidor. Los primeros beneficiados seremos los usuarios de la alta velocidad, que nos beneficiaremos (al menos) de una segunda opción y teóricamente de cierta "batalla" por conquistar a un cliente que lleva años cautivo de un modelo de negocio inmovilista.
Pero diría que la mejor noticia es para Renfe, porque creo que les permitirá ser más eficientes y tener una aproximación a su negocio propia del año 2020 (y no de 1990, que es la forma en la que actualmente opera). Sin ser un experto en la materia, Renfe pasa de ser una empresa del Estado a ser una empresa privada de capital público. Este matiz, aparentemente menor, es el que debería haberles hecho gestionar su operación como cualquier empresa privada. Hecha para rendir cuentas a los accionistas e inversores, y con afán de ganar dinero de forma eficiente, cosa que aparentemente no han hecho en las últimas décadas.
Insisto que mi visión es completamente externa, y que opinar sin "tocar pelo" tiene un punto temerario, pero no creo que a nadie se le escape que hay al menos un par de cosas que los de Renfe tendrían que haber trabajado más eficientemente en estos años que han disfrutado de una posición monopolística. A mi me salen al menos los siguientes:
- La gestión de precios es lamentable. Hasta hace muy poco no tenían más que un precio fijo para turista y otro para preferente (independientemente de la demanda), y solo hace 7 u 8 años, ofrecieron diferentes tarifas en función de ciertos niveles de servicios. Apareció la tarifa mesa, jugaron con la flexibilidad a la hora de las cancelaciones para tener mejor control del inventario de asientos disponibles, y poco más. Los aviones y los hoteles tienen un negocio similar, y su aproximación al revenue management es mucho más profesional que la de Renfe.
- La gestión de la oferta no puedo comprenderla. Seguro que os ha ocurrido que en épocas especiales del año, habéis querido comprar un billete de AVE y no habéis podido por estar el tren completo. ¿Completo? Imagino que habrá un límite de vagones y que en cierto modo jugarán con ello, pero me sorprende la escasa previsión con la que afrontaban épocas como la de Navidad, fines de semana de verano, Semana Santa, etc. O pones más vagones, o incrementas la frecuencia de los trenes que recorren las vías al máximo de su capacidad,... porque lo que se intenta es maximizar la utilización de la red para dar el mayor servicio posible y -consecuentemente- maximizar los ingresos. Pero ni una cosa ni la otra.
- Su página web es un quebradero de cabeza constante. Hará cosa de un año, o quizás menos, lanzaron su anteúltima actualización de la página web, pero la web de Renfe siempre ha sido un completo desastre. En su momento, hice un post que podéis leer aquí con un caso concreto vivido en uno de mis viajes en AVE en el año 2016
- En el año 2000, la aplicación móvil es aún peor que la página web. Además se cae constantemente y da errores cada dos por tres. Imagino que ahora que han cambiado su web, estarán trabajando en la app. Más les valdría que fuera así.
- Los sistemas de pago (o la pasarela de pago, o no sé qué será) te situaban en la paradójica situación de que si nunca habías comprado un billete por Internet, no podías hacerlo, porque ellos no tenían registrada tu tarjeta. Recuerdo una conversación telefónica con una agente de Renfe tratándole de explicar a la pobre, que ninguna culpa tenía, que no tenía sentido que por haber cambiado de tarjeta tuviera que hacer una compra física con esa tarjeta para después poder realizar una compra online. ¿Pero dónde se ha visto eso? ¿No os dáis cuenta que va en contra de cualquier lógica de ecommerce?
En fin, también podríamos hablar de alguna que otra cosa, como sus sistemas de audiovisuales (propios de los años 80), su programa de fidelización, la tontería de los vagones silencio y muchos otros aspectos que cualquiera con cierto conocimiento de negocio y sentido común, estaría trabajando en cambiar. Pero quizás por ser una empresa privada de capital público o por no haber tenido competencia, parece que en Renfe nadie se había planteado de verdad.
Pero nada dura para siempre, y en marzo de 2021, Renfe tendrá un competidor, ya que la compañía francesa Ouigo llega a España para operar en la infraestructura de alta velocidad de Adif y sacarle los colores a Renfe que -por cierto- amagó hace meses con el lanzamiento de su marca Avlo low cost para ponerle una barrera de entrada a Ouigo, pero la pandemia les hizo frenar el lanzamiento y me da la sensación de que cuando quieran relanzarlo será demasiado tarde.
Mientras todo esto ocurre, os dejo dos vídeos de Ouigo que he encontrado en Internet y que al menos os servirán para haceros una idea de su aproximación al consumidor y empezar a concoer más de ellos.
Por cierto, para empezar, hablan de vender 10.000 billetes a 1€. Primer reto para Renfe o para su línea low cost Avlo. Empieza la fiesta!
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