Es curioso, a veces me siento enérgica, entusiasta,
con ganas, con ilusión de ir a por la rutina, como en el primer dibujo.
Y sin embargo, otras veces, con los mismos ingredientes,
sin que nada cambie, la rutina me parece el día de la marmota,
y parece que todo me supera, como en el segundo dibujo.
Soy de las que pienso que casi todo está en nuestra mente, en nuestra actitud,
en nuestra capacidad de echarle ilusión a la vida.
Como decía el escritor Ray Bradbury:
“Hay que inyectarse cada día de fantasía,
para no morir de realidad”.
Y es que la rutina puede matar si no eres capaz de ilusionarte
con cosas pequeñas, de reinventarte dentro de ella:
“Si crees que la aventura es peligrosa,
prueba la rutina,
es mortal”
(Paulo Coelho)
¿Cuál es la diferencia entre el primer dibujo y el segundo?
La diferencia está en la ACTITUD.
Me encanta como Víctor Küppers representa esta idea en la
Fórmula de la Actitud
V = (C+H) x A
V = Valor de la persona; lo que transmite y lo que es
C = Conocimientos; lo adquirido y estudiado para llegar a un objetivo
H = Habilidades; capacidades innatas de la persona
A = Actitud; único factor que multiplica el valor de la persona; es la manera de enfrentarse y afrontar la vida
Todos los factores de la ecuación se pueden trabajar y desarrollar,
incluso la actitud; hay predisposiciones genéticas,
como ser desordenado o impaciente, que se pueden trabajar;
quizá no llegues a ser el más ordenado o paciente del mundo,
pero si te lo propones seguro que acabas mejorando.
Con la actitud positiva pasa exactamente igual;
se tiene que ir entrenando al cerebro
para disfrutar de las pequeñas cosas de la vida y,
poco a poco, ir siendo una persona más optimista.
La manera de pensar depende del hábito;
quizá no podemos controlar el tiempo atmosférico,
el tráfico o el humor de quienes nos rodean,
pero ten por seguro que
podemos controlar nuestra actitud hacia esos hechos;
no importa lo que te ocurra en la vida,
porque tienes la capacidad de elegir tu reacción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario