Hay mil ejemplos de malas segmentaciones de clientes o comunicaciones comerciales desafortunadas. Alguna vez he recibido un correo electrónico dirigiéndose a mí como "María Luisa", o felicitándome el cumpleaños en una fecha completamente distinta a la del día que soplo las velas con mi familia.
Recientemente, no dejo de recibir emails de algún concesionario al que supongo que llevaría mi coche antiguo pidiéndome opinión sobre el grado de satisfacción con la marca, con el servicio de postventa, o preguntándome si sé cuántos km me quedan hasta la próxima revisión... y hace año y pico que conduzco un Mercedes.
Esto me ha hecho pensar cuáles serán los errores más típicos a la hora de llevar a cabo accciones de email marketing, y la importancia de poder tener un partner como Mailrelay para llevarlas a cabo de forma efectiva (y con datos).
1.-Correo no personalizado:
¿En serio pretendes que lea un solo párrafo si no sabes a quién te estás dirigiendo? Me encantaría que cualquiera de estas empresas que me envían correos cada día pudiera echarle un vistazo a mi bandeja de entrada. Comprenderían lo fácil que es obviar un correo simplemente por el hecho de no dirigirse a ti adecuadamente.
2.- Segmentación incorrecta o inexistente
Un básico del marketing. Hace muchos años que lo del "café para todos" no tiene sentido, con lo cual no tiene sentido que me ofrezcas productos de higiene femenina si soy un hombre (este caso es verídico). ¿Qué menos que segmentar tus productos por sexo, edad, ubicación geográfica?
Ahora, gracias a la cantidad de datos que existen y a nuevas metodologías de analítica avanzada, podemos segmentar a nuestros clientes en base a sus compras pasadas, a su ciclo de vida, al consumo o compra de productos similares, en base a la afinidad a una marca, a un consumo medio... hay infinidad de maneras de poder ser más efectivo en las comunicaciones de email marketing.
No se trata de enviar muchos emails, sino de que la tasa de apertura (y no te digo la de compra) sean lo más altas posibles. Y lo cierto es que en el mundo omnichanel en el que vivimos, no es necesario esperar a que un nuevo email aparezca en tu bandeja de entrada. Mientras navegamos en cualquier web, estamos dejando rastro de nuestras preferencias, del tiempo que pasamos viendo un producto y mucha más información que podríamos utilizar para asegurar la efectividad de nuestras campañas.
3.- Sobrecargar con información (innecesaria o poco estructurada)
Que en el fondo tiene que ver con la pinta que tenga el correo que nos llegue. Los hay que están tan bien pensados que de forma instintiva recorres su contenido con la mirada. También hay correos que son absolutamente ilegibles. Incluso he recibido muchos con diferente tipo de fuente, lo que demuestra poco interés y cuidado en el arte del "copy&paste".
Yo, que en mi faceta profesional me dedico a los datos, creo firmemente en el valor del storytelling. Los mismos datos se pueden mostrar de forma insulsa y de forma visual. Sea cual sea la información que quiere transmitirse, conviene esforzarse en que esta resulte más atractiva por parte del destinatario.
4.- Ausencia de un "call to action"
Que digo yo... si estás enviando un email a una base de datos de clientes (actuales o potenciales), imagino que sea con algún motivo, ¿verdad? Bien sea para conseguir vender más, incrementar la frecuencia de compra de tus usuarios, generar venta cruzada o conseguir la suscripción a una newsletter, dichos emails deben tener claramente identificado un call to action. Un "haz click aquí".
Y ya que hacéis el esfuerzo, que no os pase lo que le pasó a un proveedor mundial de consultoría (una de las llamadas Big Four) que me envió un correo en el que al hacer click en un botón para "norecuerdoqué", me abrió una página de error 404.
Cuidad los detalles, o si no lo hacéis... preguntad cómo es tu experiencia con Audi